miércoles, 25 de enero de 2012

El Quilt

Una inconformidad insaciable.Una desesperación interior en crescendo. Nunca había dado a nadie un retrato tan detallado de mí. Nunca había permitido que vieran todo el panorama.

En silencio siempre, mostraba una esquina de mí, un pedacito de piel, una sección del papel, un color, un humor, unas cuantas palabras muy medidas.

No sé qué me pasó. ¿En qué estaba pensando? ¿Buscaba acaso comprensión, imitación, maravilla? No, eso no. No fue voluntario. Una punta delgada y suave de mí se asomó y antes de que pudiera volver a ocultarla, alguien tiró de ella y expuso toda la colcha de retazos. Con sus imperfecciones, sus símbolos y su rusticidad, con sus inacabados, sus detalles y sus complicaciones.

Alguien vio todo el panorama. Y ahora no puedo volver a salir de mí sin temor. Ahora tendré que exponer esquinas resbalosas, ambiguas, llenas de espuma y jabón para que no puedan ser atrapadas, para que nadie vuelva a halar de ellas y me vea. No quiero que me vean y entiendan todo lo que yo no quiero entender. Ni siquiera yo tuve alguna vez todo el panorama. Por eso tengo vacíos y pienso de mí cosas que imagino y creo saber. Cuando no tienes todo el conocimiento, debes crearlo. Así que yo cree la parte de mí que no veo. 

Pero ese alguien, ese ser impetuoso e imprudente que tiró de mi esquina me expuso ante sí, y yo solo cerré los ojos y esperé no verme, esperé a que pudiera recoger todo lo que había dicho y esconderlo tras de mí de nuevo. Esperé y me oculté de nuevo, pero esta vez más atrás y con más temor. Tenía que hacerle espacio ahora a ese alguien que me había visto. Lo puse en la parte de atrás, la que yo no conocía, para que me dejara en paz. Para que no me contara lo que había visto. No hay nada peor que cuando te dicen que lo que has imaginado,que  todo lo que habías creado para llenar esos espacios en blanco es una gran mentira y no existe. Por eso lo puse atrás y yo di unos cuantos pasos hacia él y me quedé allí, conocí un poco más de mí y me desengañé de algunas cosas, pero no llegué hasta él. Su zona es peligrosa, es la más desconocida. 

Y ahora estamos juntos en la parte de atrás de mí. Él más atrás que yo, más adentro de mí.  Yo más temerosa y más afuera, más aferrada a lo que conozco y a lo que imagino, más reacia y con más negación. Él más sonriente y cuidadoso, sabe que ahora tiene el control. Y mientras tanto, mientras pasa el tiempo y él se olvida de lo visto...mientras se va de mí y me desaloja, yo sigo tejiendo retazos para mi quilt, para la parte conocida, la que yo veo. Sigo imaginando lo que hay allá atrás y lo que él está haciendo mientras lo ignoro. Y mientras tanto, sigo enjabonando las esquinas y engrasando los hilos, para que nadie se acerque de nuevo y quizá no tire ya de la esquina sino del hilo suelto y entonces estaría en verdaderos problemas. Y mientras tanto sigo aquí adentro, temiendo del eco de mis suspiros y del resonar de mis pasos en la tela.  

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