Un desmoronarse continuo. Una gotera de migajas.
Un, dos,tres... cantan todas al caer.
Suenan cada vez más lejos.
Escucho su eco y me parece tu voz.
Cuatro, cinco, seis...
Ya no las entiendo. Caen, caen...
Todo se desmorona.
El piso es de metal agudo.
sol
la
si
Cae mi cabeza por doquier.
"El único medio de soportar la vida es vivir sumergido en la literatura como en una orgía perpetua" Flaubert.
lunes, 18 de marzo de 2013
domingo, 17 de marzo de 2013
Remedios
Remedios busca remedios. Si no hay más remedio ¡qué remedio!
El doctor le prescibe medicinas. La pluma se desliza en la receta, ligera, rápida, como simplificando fracciones.
El psiquiátra le administra Prozac. ¡Bendito seas por trazar una mueca feliz en el rostro!
Remedios tiene, pues, que hacerle honor a su nombre. Es una paciente terminal, pero puede tratar su enfermedad con ardides de hombre.
Remedios ahora se siente mejor. Procura siempre dormir sus horas reglamentarias y en estado de vigilia monologa y parpadea con frecuencia.
El doctor le prescibe medicinas. La pluma se desliza en la receta, ligera, rápida, como simplificando fracciones.
El psiquiátra le administra Prozac. ¡Bendito seas por trazar una mueca feliz en el rostro!
Remedios tiene, pues, que hacerle honor a su nombre. Es una paciente terminal, pero puede tratar su enfermedad con ardides de hombre.
Remedios ahora se siente mejor. Procura siempre dormir sus horas reglamentarias y en estado de vigilia monologa y parpadea con frecuencia.
sábado, 16 de marzo de 2013
Audire
"...et quod vides perisse perditum ducas"
Catulo
Me llama tu vida, la que no conoces. Me invita.
Me llama en las noches sin nombre.
Me grita en los días de horas sedientas.
Me tira, me abraza. Me alcanza tu vida.
Veo esa vida insaciable y déspota alcanzándome.
Un zarpazo, una caricia, un deslizarse.
Arrepentimiento y anhelo.
Siento esa vida, ignota, amante, que me llama-
Me llama tu vida, la que no conoces. Me desgarra.
lunes, 4 de marzo de 2013
The Suicide's Argument
Compadezco la Naturaleza: toda una existencia discutiendo con ignorantes.
Nadie debería contrariarla: está, punto. Como el hombre y sus facultades.
El argumento del suicida -era un aficionado- siempre fue muy pobre: "Yo nunca lo quise (fatalismo), ¿quién desea lo impuesto? (más fatalismo...)".
El suicida astuto no culpa a los dioses y rasga sus vestiduras en señal de dolor e impotencia.
El suicida astuto se conoce. Y es justo por eso otorgarle el título de suicida.
El suicida astuto pensó durante mucho tiempo en lo que era, navegó en la marejada de su conciencia hasta los confines, exploró la baraja de sus cualidades, y consignó en un grueso volumen las razones de su existencia.
El suicida astuto se suicidó.
El suicida astuto y su mente en blanco. El suicida astuto y su puerto sin mar. El suicida astuto y sus fraudulentos naipes. El suicida astuto y su página en blanco.
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