miércoles, 26 de junio de 2013

Errar

I

Diciembre. Todavía sigue sentada así, casi sin rostro. Las piernas entumecidas con la sangre subiendo lenta. No importa. Debería ponerse en pie y hacer algo. Tiene frío. Todos la ven al pasar. Todos se preguntan pero nadie en realidad lo piensa. Sólo ella en noches adolescentes. 

Un cuerpo la rodea tibio. Inerme, una manta pesada y resbalosa se desliza. Ella sigue sentada, como flor de loto. -Quisiera ser de amatista- se dice a sí misma. El cuerpo la cubre ahora casi por completo, se desliza por cada centímetro de ella, trémulo. Un cuerpo la rodea. Inerte.

Enero. Esa conciencia de sí misma la está oprimiendo. Siente que se desborda. Está sentada en flor de loto. Ya no piensa. Es consciente y se ve abrumada.  Ya no tiene frío y ya no piensa, sólo se abruma.

Debe esperar el acople. Hasta que sus ideas y su realidad se hagan menos disformes. Debe esperar la costumbre y el sosiego de la inercia. Debe dejar de anhelar: le causa graves perjuicios.
-Sueña alto- le decían.
Ahora sólo quiere bajar. Tuvo demasiado vértigo para una vida. Suficiente.


II

Febrero. Llevó sobre sus hombros el peso de unos años que aún no tenía. Algo debe romperse allí adentro. Esto que siente debe llamarse dislocación... luxación. Una inflamación y algo fuera de lugar.

Abril. No vio a Marzo venir. Los días pasaron y todo sigue dentro de ella. Palabras y frases suben a su garganta en las noches. La asfixian. -Es él -piensa- He llegado.

Debería volver a caminar, en el sentido figurado. Debería dejar de aprehender y de interiorizar. Debería dejar de elegir.

III

Es Mayo ya. Lloriquear y sonreír. Quiso empezar algo, por fin, con Artajerjes; él deletreó sus nombres y se fue. Quiso sorprenderse. A veces tintinea de letra en letra como para nombrarse de nuevo. Él ya no está.

Su esófago lo busca, pero él ya no está con ella. Se querían. A veces recordaban quiénes eran.

IV

Agosto. La inflamación ha pasado. Nada volvió a su lugar. No se siente incómoda al menos. Todos volvieron y ella pretende que es la misma. Junio y Julio se esfumaron. Ella vuelve a sentarse, ya no en flor de loto. Su circulación ha cambiado. Su metabolismo es diferente. No lo sabe.

No piensa en palabras. Se construyó un sistema binario, casi metafórico. Dejó de tintinear. Ahora riela de cero en uno, de uno en cero. Se constituye cada poco. Tiene proyectos. Está sentada y escribe binariamente. Sigue sin pensar. Ya no está en la orilla.

Se tiende sobre el pasto y piensa en septiembre. Fruslerías- se dice. Ve las nubes y siente vértigo... todo está muy azul.

Cerró sus ojos y desde entonces duerme.


domingo, 16 de junio de 2013

Loxosceles laeta

La ciudad arde en las noches.

Veraniega...

Siento un aire seco entre mis pasos,
que se funden con lo oscuro.


La ciudad crepitando en el silencio.

Veraniega...

Ponzoña silenciada por el polvo,
aguardando en los rincones.