domingo, 28 de septiembre de 2014

El camino de Arabella

Frente a la noche pura, sin atajos,
la mujer abre los ojos.

Primero ella:

Parecemos arañas en el traspapelado
Amo su sonrisa, rojo fuego.

Luego ¿quién?

Espero una, dos semanas.
Él no puede arriesgar tres minutos.

Yo

Lo doy todo, en silencio, acá, aquí.
Allá tiemblo, evito el beso, el todo.

¿Arabella?

Como una mariposa husmeando,
se agita frente a su gesto joven.

-Quizá soy algo bruja.
-Entonces sabes que no quiero que te vayas.

Yo.
Arabella,
nosotras,
nos vamos.

sábado, 6 de septiembre de 2014

"Vago poema de las horas" - Luis Vidales

Una hueca oscuridad
en mi cuarto.
Hueca
con oquedad de cueva.
No hay sino dos cosas en el mundo.
Las horas
y yo.
Esto es todo lo que hay en el mundo.
Yo veo las horas
desvanecerse en la oscuridad
como coronas de humo.
La hora es una periferia azul
que me aprieta el corazón
como un anillo flexible.

Yo sé que estas horas no tienen árboles
ni luna
ni sol
ni cielo de crepúsculo
y por eso estoy aquí-con ellas.
Son las horas mías.
Ellas lo saben
y se van curvando
como dorso de gato
para que yo las acaricie.
Pero jamás saben hacerlo
y en la oscuridad
las horas siguen pasando sus vientres
por el reloj.
Y yo me río de esto.
¡Cómo no voy a reírme!