Cada noche las observo con delicado temor.
Parecen bocas abiertas.
Bocas que sonríen, bocas que gritan.
Ya nadie se atreve a escuchar.
Tralarí, tralará
El suelo que piso ahora tiene agujeros
Cada noche los miro con descarada fruición.
Parecen cuencas sin ojos.
Parecen ojos abiertos.
Nadie puede decidir al respecto.
Tralarí, tralará
Los vientos arrecian por las ventanas rotas.
Cada noche los siento con secreto placer.
Parecen dedos que rozan la piel de la amada.
Nadie aquí, solo los miembros yertos.
Tralarí, tralará
Tralará, tralarí
Nadie se atreve
a mancillar la prudencia
Nadie me dijo
que así sería luego.
Trá
rí
rá
lá
trá
lá
á