lunes, 4 de marzo de 2013

The Suicide's Argument


Compadezco la Naturaleza: toda una existencia discutiendo con ignorantes.
Nadie debería contrariarla: está, punto. Como el hombre y sus facultades.

El argumento del suicida -era un aficionado- siempre fue muy pobre: "Yo nunca lo quise (fatalismo), ¿quién desea lo impuesto? (más fatalismo...)".

El suicida astuto no culpa a los dioses y rasga sus vestiduras en señal de dolor e impotencia.
El suicida astuto se conoce. Y es justo por eso otorgarle el título de suicida.
El suicida astuto pensó durante mucho tiempo en lo que era, navegó en la marejada de su conciencia hasta los confines, exploró la baraja de sus cualidades, y consignó en un grueso volumen las razones de su existencia.
El suicida astuto se suicidó.
El suicida astuto y su mente en blanco. El suicida astuto y su puerto sin mar. El suicida astuto y sus fraudulentos naipes. El suicida astuto y su página en blanco.

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