martes, 25 de octubre de 2011

Análisis interpretativo de un nombre cualquiera.

Es ciertamente un nombre acendrado que tiene pretensiones de alondra aunque en realidad parece un andrajo y su función es atolondrar la balandra, destruir escafandras y quitar la mandrágora maligna de los campos. 

Podría decirse que en su fuero interno desearía convertirse en un alejandrino alejado de cualquier moraleja; también que puede convertirse en un moderno catalejo para ver acalefos. Esto podría suceder ad calendas graecas.

Debido al nivel de alcalescencia de un nombre tan popular como este, la posibilidad de aleación de este nombre con otros de manera aleatoria es casi nula. En ocasiones se puede pretender su uso para aleccionar personas aledañas, pero esto no funciona con frecuencia, a menos que se comience desde el álef, como en un alefato de verdad.

Es costumbre de un nombre como este, el alegar usando alegorías, lo que finalmente termina produciendo  alegría en el oidor. Este nombre, además, puede ser útil para bailar alegros y alentar el crecimiento de alerces, pero esto no es recomendable si usted padece alergia al aletear.

Aunque todo esto parezca un malentendido opalescente, la realidad es que este nombre es una sinalefa paralela. Junto con nombres como valeriana puede crear fabulosos trabalenguas para que los tragaleguas diviertan su camino.

Este texto interpretativo es una falencia ambivalente, por lo que es preciso concluir. El caso es que tras un detenido análisis lingüístico, puedo concluir científicamente que este nombre es una  analepsis fuera de contexto, una azalea en un caleidoscopio o bien, un calé representativo del materialismo dialéctico.


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