viernes, 19 de diciembre de 2014

Juramento


"Juramento" es una palabra embadurnada de aceite claro (de ese usado en las películas porno como lubricante y, eventualmente, para dar masajes). Jurar es afirmar, prometer al vacío, poner en los labios de Dios decisiones absurdas que de repente cruzaron por nuestra cabeza. Jurar es, también, maldecir, blasfemar. Así, en el abrupto oxímoron de nuestras determinaciones, asentimos con un denuesto a alguna idea que nos anda rondado.

Vengo a jurar, hoy, ante nadie, ante el Padre, yo, la mujer, la solitaria, la sin nombre, la sin hijos, la con preocupaciones, la enrevesada, la mal parida, la deshojada, la ojerosa, la confundida, yo y no yo, que pondré todas las trabas necesarias e innecesarias al amor.

El miedo es una de esas grandes razones para jurar. Y juro por mi libertad, por mi fiel soledad, a la que he refundido en un cajón últimamente. Yo estoy bien con esa ella que me mira en el espejo. Esa que no me atormenta con un rostro extraño, con un nombre ridículo y con una vida estúpidamente social tras sus lentes de mierda.

Ya está, estoy empezando a manejarme como una mujer celosa. De nuevo, mírome al espejo y me tranquilizo. Que no ha de existir hombre que me quite la calma ni la paciencia...

Y si existe, tendré que matarlo.

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