miércoles, 15 de enero de 2014

Nächste und Fernste

¡Hermanos míos, creedme! 
El cuerpo fue el que desesperó del cuerpo
F. N.


Truenos en otoño:
Aquí no hay más que silencio o negación.

El papel encerado se desliza en el buró.
Nos hiere el celaje con un golpe de luz.

Un descorchador desgastado me revela profundidades nouménicas.
Es nada que me habla al oído de nada.

¿Ves la belleza en el fondo de esta pena?
No más que el viento irisado en la mañana,
Las migajas de pan abandonadas en la cena,
Y un grito adentrándose como alquitrán airado.

Sólo un par de frases cogidas al vuelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario