lunes, 27 de agosto de 2012

Monólogo transparente

No soy ninguna de ellas. No soy oliva, ni cardamomo. Tampoco vainilla espesa y aromática.

Soy dos gotas de agua en un vaso lleno. Deslizándose. Arrastrándose pesadamente hacia la vastedad inerte. Pero no llegan.

La gravedad las atrae, las obliga. Pero no caen. No acaban nunca de caer.

No soy lavanda ni azafrán. Soy dos gotas de agua que se arrastran pesadamente. Soy dos gotas que no llegarán a ser agua y morirán bajo el sol de medio día, en el borde de un vaso informe, intentando caer.

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