No a la desigualdad -dije, pero caí en el error y me "corregí"- No a mi desentronización.
Dije no a la pobreza, cuando mis brazos se extienden y se cierran en si mismos, contradictoria.
Digo no a la tristeza, que me hace feliz a la otra orilla...
Diré sí al socialismo, pero al diablo con él.
Digo, que no puedo decir nada, sin desdecirme:
Digo que la palabra no es "la".
No hay comentarios:
Publicar un comentario