lunes, 22 de abril de 2013

Tus dedos

Primero un par de segundos y luego dos minutos, siete y de pronto dieciocho.
Danzaban  ingenuos los horarios aquellos.
Danzaban frente a mí. Yo los ignoraba.
Danzaban tan fuertes y tan densos.
Danzaban sin yo verlos.

Los dedos se movían ingentes en mi cara.
Sha la la. Sha la la -me gritaban.
Todos trataban de hacerme volver.

El párpado abismal no terminaba de cerrarse.
Los poros atrapaban, expectantes, el polvo.

No quería salir de donde estaba.
Sigue, querida. Sigue en la lentitud. Es crecimiento.
Sigue embelesada en la aspereza del viento.

Sus ásperas caricias te propina apasionado.
Sigue, sigue lenta y escuchándolo.
Sha la la. Sha la la.
El viento.
Diez
y
lue
go
o
c
h
o.



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