lunes, 28 de febrero de 2011

Susurro Coraza

Mi voz...¿mi voz? ¿cuál ? si ya no tengo, ¿cual? si la he perdido. Mi voz, otra expresión que no funciona en mi vida. Ya no tengo voz, ¿ni voto?...no, voto sí, pero no voz. Todavía tengo ese voto que se escribe, que es secreto y que sólo tu corazón conoce, ese que no se puede revelar, que se confunde en medio de las voces, de los sonidos audibles, de los resultados, pero que al fin y al cabo es un voto, una decisión, una voz en silencio. Que bueno, al menos me queda el voto. 

Dejé que mi voz se perdiera...¿Que si fue un acto de cobardía? Tal vez...una voz hace que tus pensamientos adquieran responsabilidad...hace que lo que digas sea escrutado y escuchado, hace que te analicen y te juzguen. Y mi voz era tímida, o bueno, tal vez la tímida era yo. Y por eso no quería, ni podía soportar la presión de un todos, de un ustedes, de un ellos frente a mis palabras, frente a mí misma. Por eso dejé de utilizar mi voz y dejé que se perdiera. Dejé que mi voz nadara a través del río de los prejuicios y  se ahogara sin salida en el mar de los miedos...los miedos irracionales y sin sentido que son mas profundos y densos, los que ahogan más rápido...

Por eso mi voz es ahora un susurro, un vestigio, un despojo de lo que fue una voz real, audible y expresiva...por eso, porque prefiero callar, porque no tengo voz, solo escritura, solo palabras sin sonido que muestran mi mente desnuda, que hablan sin reservas mi silencio...que hablan para mí misma, para quien sepa leerlas...no para ustedes, ni para otros sino para nosotros, para mí. 

Es así como ahora solo tengo un voto, escrito y silencioso, ¿valioso?¿fuerte? ¿vacío? no lo sé, solo un voto, mi voto...lo tengo a él y a ese despojo de voz, ese susurro que termina enmudeciendo frente a la presencia de un otro. Un susurro que elige a quién revelarse y bajo qué condiciones hacerse audible...un susurro nada más...una pequeña voz que se esconde tras un "no sé", tras un monosílabo o una mirada...una voz que se hizo una coraza de ignorancia para esconderse debajo de ella y evitar los dardos del ustedes...un ustedes aterrador que evito y destruyo con mi negación, pretendiendo que no lo quiero, que lo desprecio...

Mi voz...mi susurro mejor, no trates de obligarlo a salir, ni quieras que aparezca por sí solo, acércate a él con cautela, con dulzura...como quien quiere atrapar un pequeño pájaro y se aproxima con sigilo, en silencio, observándolo, lento...así tal vez logres oírlo, logres hacer que brote desde lo profundo ese delgado hilo de mi voz....así tal vez logres acercarte a mí y a mis secretos, a esos secretos que no son más que mi vida misma, que mis pensamientos, que mi alma desnuda y sin prejuicios. 

PD. ¡Ten cuidado! Porque si sale, si lo oyes, no te equivoques, puede ahogarse de nuevo, puede despojarte de él y hundirse...y entonces tal vez no vuelva a brotar. Cuando lo reconozcas, cuando sepas que lo has logrado, no te muevas con rudeza, sino sigue en silencio, escúchale con paciencia, no lo juzgues, sino indaga, entra en su profundidad, lee sus pausas y su tono, su fuerza y su debilidad. Cuídalo como a un farol en medio de la noche...

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